No importa el lugar: siempre vamos a hablar en el mismo tono chillón y vamos a ir igual vestidas... siempre vamos a querer consumir exageradamente y vamos a querer bailar solas alrededor de una mesa...
Que el título de este posteo no confunda. No tiene nada que ver con los enanitos verdes y nada de esa basura sobre la amistad.
Es sólo que desde hace algún tiempo tengo la impresión de que cada vez nos importa menos el lugar en donde estemos. Ya lo había empezado a sospechar en Porto, durante aquel asado eterno. Me volvió la inquietud cuando vi que las opciones para este fin de semana eran la playa, el campo o Argentina interior profunda. Y lo confirmé cuando vi las fotos y me di cuenta que podrían ser de cualquier lugar del mundo.
Es sólo que desde hace algún tiempo tengo la impresión de que cada vez nos importa menos el lugar en donde estemos. Ya lo había empezado a sospechar en Porto, durante aquel asado eterno. Me volvió la inquietud cuando vi que las opciones para este fin de semana eran la playa, el campo o Argentina interior profunda. Y lo confirmé cuando vi las fotos y me di cuenta que podrían ser de cualquier lugar del mundo.
Y no es que no queramos disfrutar del paisaje. Es sólo que el universo une todas sus fuerzas para que no lo hagamos. A continuación, las pruebas:
Siempre había cosas más importantes que mirar:



... casi siempre estaba demasiado oscuro...
... o simplemente no sabíamos para donde mirar.

A Kitty (al drama de la pérdida y a la alegría del encuentro).
Al hogar Rincón de Luz...
... a tío Saverio...
A Lord Ponsonby, en un nuevo aniversario de nuestra independencia (para todos aquellos que se empeñan en opacar su esfuerzo). 




2. Que los asados son cosas de hombres.
4. Que no tenemos estilo (Teo Huxtable y Vale desayunando con los Ray-Ban puestos).
5. Que Marky Ramone también viene en agosto a Punta del Diablo.







11. Que no hay que ir Noruega para encontrar una cabaña exenta.

14. Que a Olga todo le queda bien.



