Autofoto

Para el ladrón de Barcelona... que se llevó tantas...

Autofoto: foto de uno mismo (solo o acompañado), sacada por uno mismo.

Probablemente no sean las fotos más artísticas. Tampoco en las que salimos más favorecidos... al contrario, la mayoría de las veces tienden a evidenciar las imperfecciones.
Sin embargo son una excelente forma de aparecer en la foto sin tener que sufrir el mal momento de posar con la sonrisa congelada para tu cámara mientras otra persona (que paraste en la calle) investiga que botón tiene que apretar para hacer click.
Pero por sobre todo, la autofoto es la mejor forma de matar rápidamente y sin dolor a esa maldita pequeña persona invisible que te susurra al oido que si no hay foto, es como si nunca hubieras ido a ese lugar...

De todas formas, todo tiene su técnica. Y en el arte de la autofoto, hay varias escuelas.


1. Para principiantes:

Saque la foto de su propia sombra...

... o de su propio reflejo.

2. Para arriesgados:

Deje su cámara sola, programada y enfocada. Presione...

... y corra!

3. Para profesionales:

Sostenga la cámara con una mano, estire el brazo y dispare.

Recuerde regular la luz...

... y enfocar...

Y pruebe diferentes ángulos!

De arriba...

... de abajo.

Si quiere que entre mucha gente en la foto puede:
a. juntar al máximo todas las cabezas (igual no se garantiza que entren todos... en esta Anita no tuvo suerte... sólo se le ve la parte de arriba de la cabeza abajo de la pera de Susi)
b. hacer un semicírculo.
c. escalonarse (y le dará a su foto una buena idea de profundidad).

Recuerde que en este tipo de fotos, es difícil que salgan en una misma foto las caras y el entorno (lo que está atrás de la cabeza gigante es la estatua de la libertad)...
... por eso se recomienda sacar varias, para tener una noción del todo:

Lulú y Caro en algún lugar...

Lulú borroneada y media Caro en la Fontana di Trevi...

Si decide que el entorno ya no le importa, igual tendrá que esforzarse para que salgan las caras enteras...

Media María y 1/4 de Olga...

Sacrifiqué la mitad de mi cara para que Vicky saliera en todo su esplendor...

mmm...

... bueno...

... mejor...

Y como muy pocos nacen con el don del Jipi o de Vale, para el resto de los fotógrafos, el truco está en probar...

casi...
ahora sí!