miércoles, 23 de septiembre de 2009

pequeños descubrimientos in(útiles)

A veces uno no encuentra las palabras... a veces las palabras lo encuentran a uno, esperando que el momento sea el apropiado.




Están los lugares más significativos, y nos recuerdan todo. Quizás simplemente les inventamos una historia que nos haga sonreir...






Muchas veces las palabras sobran, porque las imágenes son tanto o más elocuentes.









Otras tantas veces no precisamos de nada: ni de palabras, ni de imágenes, ni siquiera de música... Nada... Los recuerdos aparecen. Porque están al acecho, esperando algún momento de debilidad que nos haga recurrir a ellos, sin ninguna ayuda...

lunes, 21 de septiembre de 2009

Gualicho de olvidar

Para Ele… porque olvidarse de las cosas hace posible que te vuelvan a sorprender
Para todos los que me "prestaron" sus fotos en esta ocasión... con permiso...



“Cerré los ojos, los abrí. Entonces vi el Aleph.

Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Frey Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo."

Vi la ciudad

vi las montañas

vi el desierto vi nieve

vi pececitos de colores

vi el centro de europa

vi el borde de europa

Subí una escaleraescalé una pirámide

bajé un cañónatravesé una muralla.

Encontré a Miesjugué a los Beatles
... me tomé una en el bar de al lado

entré al educatoriumAnduve en bote me bajé de un tren
viví en una casa

viví en un carromato

sentí el rigor


Hice amigos.
Hice amigos. Hice amigos.

"En la calle, en las escaleras de Constitución, en el subterráneo, me parecieron familiares todas las caras. Temí que no quedara una sola cosa capaz de sorprenderme, temí que no me abandonara jamás la impresión de volver. Felizmente, al cabo de unas noches de insomnio me trabajó otra vez el olvido.”

Y aunque hacemos lo posible por registrarlo todo, por suerte siempre algo se escapa, y queda escondido para siempre...

viernes, 11 de septiembre de 2009

know.how

para Suzette, feliz cumple





Riding on this know-how
Never been here before
Peculiarly entrusted

Possibly that's all

Is history recorded

Does someone have a tape
Surely, I'm no pioneer

Constellations stay the same


Just a little bit of danger

When intriguingly

Our little secret

Trusts that you trust me


'Cause no one will ever know

That this was happening

So tell me why you listen
When nobody's talking


Oh oh oh

What is there to know

All this is what it is


Oh oh oh

You and me alone

Sheer simplicity


Oh oh oh

What is there to know

All this is what it is


Oh oh oh

You and me alone

Sheer simplicity


Oh oh oh

What is there to know

All this is what it is


Oh oh oh

You and me alone

Sheer simplicity


Know How
Kings Of Convenience con Feist

sábado, 5 de septiembre de 2009

(media) vuelta al mundo en un par de días

a 3 días de irme: prueba de piano. yo pensaba que me había filmando dando mi maravilloso concierto y esto fue lo único que registré. una foto. torcida. ya con la cabeza en otro lugar.



a dos días de irme: revuelo, mucho revuelo. todo tirado. nada pronto. se empieza a llenar la mochila, pero con cosas que cada vez más me doy cuenta que no necesito.



el día antes d
e irme: regalos de las Schepitas. armas de defensa personal, de las heavy. libretitas animadas. post-its de vaca. fotos. chocolates. lápices de labios y pinturas de uñas. marcalibros. música. libros de mi infancia en francés. cartitas. postales. pins. risas. llanto. muchos recuerdos. más llanto. se empiezan a mezclar los regalos con mis pertenencias anteriores. ya no sé qué vino antes y qué vino después. pero aviso que los regalitos llegaron bien. incluido el Mace (sí, el spray de la foto, regalo de María).



a horas: todo
sigue igual. más un pedazo de torta de manzana de mi mamá, a medio comer entre el caos.



a escasos minutos
de la partida: valijas a medio hacer. las sputnik, mis botas plateadas de campamento, a punto de despegar.



a nada: disfrutan
do de una vista privilegiada del avión desde la sala VIP del aeropuerto. comida y bebida gratis.




finalmente: me acomodo en mi amplia butaca en business class (gracias al inventor del cliente rubí, whatever that is), me tomo un par de copas de todo lo que me ofrecen, miro una peli, juego unos juegos y me dispongo a dormir. imposible registrarlo en fotos. voy sola y las autofotos están mal vistas en primera. me adapto a la situación (no sin antes cubrir mi cara con un pañuelo para evitar los estragos del aire acondicionado en mis vías respiratorias, calzarme tapaojos y auriculares, e intentar hacer de cuenta que no voy a millones de kilómetros de altura).


ok, mentí. saqué un par. sí, lo confieso, con flash. de noche. en la oscuridad de la business class, mientras los empresarios dormían. y yo haciendo pavadas.



bueno, ahora ya llegué. hasta pronto.

barajas

45 segundos to go
tecladode metal
no escribe

viaje
puro viaje


ampliaremos